viernes, septiembre 22, 2006

Federica parte 1


Aquel martes, dos días después de la decisión que habíamos tomado EL y yo, le había pedido a la señorita ExQ que me acompañara ese día -en el momento ncesitaba desahogarme, en el fondo necesitaba sólo de su compañía- por si quería llorar. Le pedí que me acompañara a pasear a doña Pelos y así fue, recorrimos algunas de las calles del centro cerca de donde vivo.
En una de esas calles, se veía a unos cuantos metros, antes de pasar por ahí, un asador y parecía que una familia había convivido en una "carne asada", porque aún se veían las cenizas que calentaban una quesadilla que quedaba en la parrilla -misma que antojó a la señorita ExQ-, al pasar estaban sentados en unas mecedoras un señor mayor y otras dos señoras -parecían ser sus hijas- y como usualmente sucede cuando ando con doña Pelos en la calle, ella llamó la atención del señor -quizás por sus pelos-, por lo que él entusiasmado la empezó a llamar y como si ella no fuera ofrecidota, me acerco al señor para que la acariciara, a lo que el señor muy feliz jugando con ella -y ella saltando- me dice que qué bonito perrito y me pregunta,

—¿Cómo se llama?
y le respondo
—Es perrita, y se llama Kika.

El señor seguía jugando con ella y ella con él, ella saltando como chaupulín en comal y él le llama por su nombre:

—¡Kika, Kika, Kika!, ¿cómo se llama?
—Kika, se llama Kika -le vuelvo a responder-.
—Ah sí, !Kika, Kika! -seguía el señor jugando con ella-. ¿Cómo se llama?
—Kika, se llama Kika -le respondí nuevamente.

De repente sospeché que el señor sufría de problemas de retención de la memoria a corto plazo por la escena de pregunta y respuesta tan repetitiva.

La última vez que me preguntó (nuevamente) por el nombre de doña Pelos le respondí:

—Kika, señor, se llama Kika.
Respuesta por la que el señor tuvo el indicio de que el nombre de ella era un apelativo para luego preguntar con tono de certeza a su sospecha,
—¡Ah!, ¡¿por Federica?!


:/ sin comentarios.....

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