Me niego a trabajar. Desde que empezó la semana he estado más negada que antes, si antes era porque el nivel de trabajo era bajo y ahora que lo hay, me niego a hacerlo. Ahorita lo único que quiero es quedarme en camita hasta que ya no lo requiera y quedarme en casita, limpiándola y preparando comida, como toda una doñita. También quiero quedarme atorada entre las cobijas leyendo la sarta de libros que me compré en la fil y viendo un chingo de películas. Todo eso quiero a-ho-ri-ta.
Se que eso que quiero en este momento no puedo hacerlo por siempre, sólo quiero hacerlo ahorita, que hace frío y mi cerebro, neuronas y hasta el ánimo se me congela.
Sólo quiero terminar con esos antojos que me estoy preparando: pozole y lomo mechado, ambos con lomo de puerco, de las carnes más finas y con menos grasa, tal y como me lo enseñó mi madre.
Y como bien diría ese personaje que he estado escuchando desde inicio de este año, refiriéndome al trabajo que tengo acumulado: "no qui-e-ro".
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