Navidad, otra navidad más. No se si me he vuelto cada vez más apática o con el tiempo me hago más simple. Antes desvivía por pasar la navidad con mi familia, tanto que la negociaba con EL para dividirnos las fiestas.
Ahora, no se, no se si sea porque he valorado otras cosas. Me doy cuenta que es tiempo de adaptarme a los cambios que tienen que ir sufriendo la familia, ahora con dos nuevos integrantes así a la vez, como un integrante menos: Pato e Isabel y EL, respectivamente.
Niños discutiendo por los juguetes, padres regañando cada uno a su retoño enseñándoles a ser compartidos, niños necios y con sueño, porque generalmente las reuniones de navidad en casa de mis papás son tarde. Al principio era divertido, después un poco de fastidio. La próxima vez cumpliré lo que no pude cumplir en este año: pasaré sola la navidad en otro lado.
Y es que al fin de cuentas es la reunión lo que importa y sí, malamente, me pongo a compararlo con otras reuniones, me la paso mejor en otras ocasiones todos en familia.
No creo ser Grinch, sólo que el espíritu navideño huyó de mi o quizás valoro más otras cosas, o tal vez me da igual celebrar quesque el nacimiento de Jesús-Cristo (porque según dicen los expertos que en realidad nació por el mes de marzo -un mes antes uno después-).
No es que me haya dolido no recibir regalo de mi pareja, como lo hicieron ayer mis hermanos y sus cónyugues, en esta ocasión me gusta más la idea de dar que de recibir, por eso mismo casi todo el mes de diceimbre, inclusive desde antes, me estuve dando tantos regalos.
He perdido esa atracción por la navidad y no me reprimo ni me afecta ni mucho menos me preocupa, me siento bien. Ha de ser que por eso prefiero decir "felices fiestas" que "feliz navidad".
Navidad 1 - Regina 0
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