Es más tedioso tender la cama con tanta colcha.
No poder disfrutar de un baño con agua fría.
Me hace más lenta.
Me hago más desordenada.
No me levanto temprano.
No hago ejercicio.
Tomo menos agua y se me reseca con facilidad la piel.
Voy más seguido al baño.
Se genera mayor estática y electricidad (los famosos "toques").
Doña Pelos me empuja de mi cama.
Me enfermo con facilidad.
Amenesco con la garganta irritada.
Baño con menor frecuencia a doña Pelos.
Oscurece más temprano (en invierno).
Cuando a muchos les gusta el frío, a mi me congela el cerebro y hasta las mucuosidades se me refrigeran. No me gustan los extremos, pero siento que puedo vivir mejor con el calorcito soportable. De las pocas ventajas es que una puede dormir acurrucada con alguien más y se siente rico.
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