miércoles, julio 30, 2008

Ansiedad vs racionalidad

Ya alguna vez había escrito sobre la racionalidad, esta ocasión es por inundaciones de ansiedad.

Hoy por la mañana que me desperté y que a penas estaba haciendo conexión con este planeta y conciencia, me invade una ola de ansiedad, inmediatamente después la imagen del místico impostor llega a mi mente y me molesta, la rechazo y me castigo de para qué debo de acordarme de él. Mi despertador, la televisión, la misma que me arrulla al dormir, le subo al volúmen y escucho noticias terribles que incrementan a mi ansiedad. Inmediatamente después me digo, "deja de escuchar tanta porquería matutina justamente al conectarte de nuevo con el universo, eso te daña", inmediatamente después recordé cuando hacía muchos años, mi mamá me había pedido que le buscara una estación en la radio a mi papá en la que no anunciaran ninguna noticia en la mañana, que sólo fuera música y le pregunto que para qué y me responde que para que mi papá no se estrese tan temprano en la mañana escuchando noticias amargas y violentas, que ya suficiente tenía con el estrés del trabajo. Fue cuando recordé esas palabras de doña Martha ahora aplicada a mi vida y qué razón tenía.

Escuchar estas noticias de alguna manera incrementa mi ansiedad, pero era una ansiedad extraña, no la puedo describir, es más, era como angustia y siempre me respondo con un "a ver, qué te sucede, qué te pasó que hace ponerte así". En ese momento, mi racionalidad es limitada y me frustra no saber el por qué. Después, en efecto, es que había pasado algo pero yo aún no lo sabía, sólo las energías llegaban hacia mi y de una manera inexplicable me avisaba que algo ya había sucedido.

Cada vez que esto sucede trato de darle una explicación a algo que ya se y que me provoca algo y siempre me menosprecio de que hay algo que yo aún no lo se. Aunque ya me haya sucedido una y otra vez, hay algo en mi que me dice "no exageres, estás loca", esa voz, es mi racionalidad y por mientras, por el otro lado, mi angustia está chingue y chingue, como huerco necio y cabrón que quiere que lo voltees a ver.

Mi angustia crecía y yo me daba respuestas que mi inconsciente no aceptaba: es porque hoy en la noche voy a ver a Ana, es porque te acordaste del pendejo del místico impostor, es porque.... porque.... ¡no se, piensa en algo!... porque... porque la Kika está triste... porque mañana es la inauguración y porque aún no hay nada montado y la jefa no está... porque no les has llamado a los putos cronistas... porque le fallaste a Juanito.... porque.... porque... porque no te ha bajado.... porque... ¡por algo, cabrón!

Mientras, mi preocupación crecía y crecía y de repente, escucho en las noticias que un temblor con un poco más de cinco grados en la escala de Richter había sacudido las ciudades de San Francisco, Los Angeles y Las Vegas, inmediatamente después, como se destapa una botella de champagne y sale disparada, así fue como me sentí, mi angustia bajó drásticamente. Quizás era, como algo que ya había sucedido pero que de alguna manera debería de estar enterada por el vínculo que hay con esa ciudad. La nube en mi cabeza se despejó y me sentí entre agotada y descansada, como si recién hubiera parido.

Me siento mejor... gracias.

Esa ansia, angustia o preocupación, era solamente eso, el no saber qué es, es lo que me angustiaba.

Le llamé a JH pero no contestó. Aún y así tengo el presentimiento de que él está muy bien, quizás tuvo un pequeño susto y fue todo.

Me siento mejor que ayer y que antes de ayer.

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