Eso ya lo sabíamos, me gusta el rol de la alumna siempre eligiendo maestros, cuando adopto el rol de maestro, me es desgastante. Aún y así en pocas ocasiones he adoptado el rol del maestro pero cuando los alumnos habían sido ya mis maestros.
También ya es sabido que mi porcentaje de aprendizaje aumentó drásticamente en mis últimos años. Entre tantos temas, aprendí que las canciones de Calamaro entran por todos los sentidos con el condicionamiento de que la persona haya pasado por el proceso de enamoramiento y desprendimiento del corazón partido en pedacitos. Viviendo ese proceso, escuchando las canciones y con un poco de alcohol se experimenta una sensación de renacimiento con muchas lágrimas en lo ojos. Poco a poco, uno le da sentido a esas canciones. Poco a poco uno ya no se va sintiendo tan solo, al ver que las experiencias son compartidas con otros compatriotas del desamor. Poco a poco uno va volviendo a sonreir y decir "sí, yo estuve ahí, en ese pozo". Poco a poco uno sale del hoyo y sólo le avienta la piedrita para escuchar el eco. Poco a poco uno recuerda el sufrimiento y su victoria. Poco a poco uno sólo recuerda su historia y la gloria en la que se vive. Poco a poco uno se siente triunfador. Poco a poco uno sólo voltea para sonreir una vez más y sólo tomar de pretexto esas canciones para volver a tomar. Por todo ello y mucho más, gracias Calamaro. Y por eso no voy a parar de beber hasta recordarte, no voy a parar de beber para no olvidarte, lléname el vaso otra vez y llena mi alma después quiero volver a sentir lo de antes...
En las canciones de Calamaro son muchísimas las frases tan significativas de nuestras pasiones, que nos recuerdan que nunca hemos dejado de ser humanos... a veces unos humanos animales.
miércoles, febrero 25, 2009
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