El yoga me ha estado ayudando a perder mucho volúmen (no se si peso porque no me he pesado), cada vez me siento y me veo mucho mejor, más delgada y tonificada, tan bien que hasta adoro usar vestiditos y todo lo que me haga sentir muy bella y femenina. Por un momento me vi más delagada y eso no me gustó, pero me mentalicé y ahora me siento de maravilla, tanto, que AO cuando fue a recoger sus brownies de cumpleaños, vio una foto mía del año pasado con mi papá (cuando este me llamó obesa) y me dijo que sí me veía con más peso en esa foto que en la actualidad. Yo más bien creo que exageran, porque nunca he estado gorda, sólo con carne de más...que es como les gustan.
El caso es que también las terapias con Pablo me han ayudado muchísimo, me he desinflamado y mi vientre se ve más plano cada vez y me siento mejor y más feliz. Ahora, me siento más feliz porque ayer fui con mi nena a buscar zapatitos y encontré unos maravillosos, que puedo usar de a diario, cómodos y coquetos, más lindos que los de Dorothy en el Mago de Oz.
Sólo que hoy por venir pomponéandome con mis zapatitos rojos nuevos, desafié esa rampa que siempre obstruye mi camino cuando transito por ahí y no fue de mi fortuna que se me dobló el pie hacia afuera lastimándolo un poco.
En fin, eso no quita mi felicidad de estar estrenando zapatitos rojos y bonitos, justos para el otoño que está de recién visita y quizás para el invierno que vendrá.
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