Es cierto, estas últimas semanas estuve tan escondida en el capullo que me resistía a salir al mundo, tejía y tejía. Le terminé la bufanda a mi novia, le hice una a la Chafa, otra para mi hermano, que salió con forma fálica y color caucásico por lo que terminó regalándosela a mi cuñada, otra para mi vecino que le encantó, otra para mi otro hermano, otra a Guarreritas, una para mi hermana.... empecé una segunda oportunidad para mi hermano, con el tejido y color adecuado, me falta la de Betunia y al final la del inge. Claro, con ello cabe destacar las veces que me puse loca y destejí más de la mitad de los tejidos de la Chafa, vecino, Ñeño y Tita.
Con ello me lleva a haber hecho 6 bufanda sin contar la de Liliana.
¿Y para qué tanto tejido? Pues para desestrezar, para hacer algo productivo mientras se medita y mientras se tiene algo de ansiedad.
Mi intranquilidad ya cesó, ya lo vi, ya qué. Sin embargo me gusta seguir haciéndolo y su proyecto aún no termina.
Gracias Penélope, por existir, o como me dijo Fer, pene López.
pd.
Ahora sí, con el ipod que me trajo Guarreritas ya tengo el kit perfecto y completo para mi placer: tejer y escuchar de la mejor música en mi nuevo ipod. Gracias hermoso!! Te quiero!!
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