En mi infancia, tuve una vecinita que en un futuro inmediato fue por algunos años mi mejor amiga, ella se llama Cindy. Yo había vivido durante muchos años en la misma casa, que es la casa de mis papás, tienen ya como 30 años de estar viviendo ahí, por lo que a mi me tocó nacer y vivir ahí hasta que me casé y me mudé.
El caso es que cuando yo tenía como 8 años, una nueva familia se había mudado a la cuadra, la familia estaba compuesta por seis elementos, los padres y cuatro hijas, la mayor era de la edad de mi hermano mayor, Mario, la segunda era de la edad de mi hermana Tita, la que le seguía era de mi edad y la menor era el pilón porque era una bebé de 6 meses o un año cuando se había mudado. Ellas eran, de mayo a menor, Mayra, Any, Cindy y Priscila.
Any y mi hermana, como eran de la edad, se hayaron y fueron amigas, lo mismo pasó con Cindy y conmigo, fuimos vecinas y amigas hasta finalizar la secundaria, por motivos que quizás después las escriba.
La familia, por cuestión de trabajo del señor, habían vivido en Monterrey, mudándose a Querétaro, después en México para finalmente regresar a Monterrey. Cindy era todo un caso, como era, si se podía decir "la de en medio", no la pelaban mucho, pero al fin y al cabo era mi amiga y la quise mucho en su tiempo. Había ocasiones en que estando en nuestra casa con nuestras amigas vecinas, a mi hermana y a mi nos llegaba un olor raro, como a sucio, y sunca habíamos sabido por qué, pero desaparecía cuando ellas se regresaban a sus casas y el mismo olor regresaba cuando nosotras estábamos de visita en su casa, por lo que nos hizo sospechar que el raro olor provenía de alguna de ellas. Una tarde en que estuvimos en nuestro cuarto ellas y otra vecina llamada Karina, estábamos sentadas en nuestras camas y cuando éllas se salieron del cuarto, mi hermana y yo corrimos a regresar al cuarto fingiendo que algo se nos había olvidado, y lo que no se nos había olvidado era que íbamos a inspeccionar los lugares donde estábamos sentadas para registrar si identificábamos el olor sucio que ya anteriormente habíamos detectado, olimos lugar por lugar hasta que al fin, como sabuesos con buen olfato, dimos con el olor y fue justamente donde Cindy había estado sentada, las dos habíamos coincidido con el registro, sin embargo quisimos dar el beneficio de la duda.
En otra ocasión, habíamos organizado una pijamada en nuestra casa, más bien, creo que habíamos intercambiado casas, Tita se había ido a dormir con Any a su casa y Cindy se quedaría a dormir en la mía. Esa noche a Cindy se le había olvidado llevar su short para dormir, por lo que le presté uno de mi hermana porque yo no tenía uno extra. Pasó la noche y llegó el día y cada quien regresó a su casa. Cindy me regresó el short que le había prestado como pijama y yo lo había dejado en alguna de nuestras camas. Yo estaba viciada con el olor usual de la casa que ya no distinguía. Mi hermana, al regresar, detectó ese olor raro del que ya nos habíamos quejado anteriormente, lo fue olfateando hasta que llegó al lugar: era el short que le había prestado a Cindy, lo tomó, se acercó, lo olió e inmediatamente lo arrojó lejos de ella gritando "guiiiiiiiiiiiuuuuuuuu!!!!, guácala!!!!", y sí, nuestras sospechas habían sido ciertas, ese olor raro que despedía cuando estábamos las vecinas juntas, resultó que provenía de la cola de Cindy. Mi hermana siempre era muy buena y se compadecía de Cindy, decía que lo que pasaba es que quizás estaba enferma, yo lo que le respondía era que no se limpiaba bien la cola.
Un día, creo que ella se dio cuenta de que olía mal por las indirectas que decíamos mi hermana y yo, tanto que hasta Any, hermana de Cindy, también se había dado cuenta y me imagino que le tuvo que decir, porque un día y a partir de ese, ya no olió sucio (a caca), al fin aprendió a limpiarse la cola después de ir al baño.
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