Yo no se si sea casualidad, o quizás desde hoy me predispongo, pero fue hace dos años, cuando me chingué el hombro izquierdo y semanas después cuando EL se vio obligado por mi a decirme lo que le ocurría: fue la separación.
Dos años después, ahora en el 2006, primero nos divorciamos y semanas después se me dobla y lastima el pulgar derecho.
Quizás no significa nada, pero muchas veces me obsesiono en darle una explicasión causal a todo: estoy ahuevada a relacionar esos hechos como algún tipo de advertencia, porque al fin y al cabo, en mi estructura física, aún no se me ha quebrado nada y creo, que en mi, aún no he querido verme en la necesidad de pisar fondo.
Sí, prefiero no hacer ningún tipo de vinculación, porque luego me predispongo y la verdad, como algún ingeniero no involucrado en mi vida y que me gustan sus frases diría, "no qui-e-ro".
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