Mis más grandes temores:
Cuando estoy en un lugar a gran altura, como de un precipicio, que se me pueda caer algún objeto de valor o de necesidad al vacío y jamás poder recuperarlo (como el "paladar" -aquel aparato odontológico que se usa después de los frenos-, lentes, collar, aretes o cualquier objeto desprendible).
Al igual, he tenido ese temor que se me caiga algún objeto (como de esos mencionados) al escusado, o dinero, celular, pulsera o alguna joyería de oro o bisutería.
Pues bien, de esos temores, ayer sucedió uno y, lo más espantoso, fue que sucedió en un baño público, me cae que estaba limpio porque son relativamente nuevos, olía bien y las señoras del aseo estaban ahí, de esas que no se mueven para sólo limpiar si cae una gota al suelo. Aún y así un escusado es un escusado. Al ir a aventar mi molestosa flema (quizás por eso ando "flemática", jajajajaja), cuando se estaba bajando el agua (para que no se escuchara mi tos con flemas), se va todo y, cuando me levanto, ooooooooopssss!!!!, que sólo pasa lo inevitable, mi celular cae al escusado, sin pensarlo, sólo actué en el momento, como un instinto en mi, llevé mi mano al fondo de él para rescatar mi preciado teléfono. Si no es en sí el pinche teléfono, sino el chip que guarda la información en él, y los mensajes del mago.
Después de eso, me asquée. Pude haberlo lavado, pero no pensé, sólo hice lo posible por secarlo con papel higiénico antes de salir de la puerta individual, para después pasarlo por debajo del secador de aire para las manos.
Y pasaron los minutos y seguía asqueada.... y sigo asqueada, le voy a pasar un poco de alcohol así como lo pasé por mi mano que la lavé dos veces y le apliqué un tanto de antibacterial.
Así fue como uno de mis grandes temores ha llegado y creo haberlo tomado con calma.
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