Había estado ausente desde hace como dos semanas. Los fantasmas del pasado siguieron apareciendo, esta vez, el Mauri.
Mauri es muy amigo de mi amigo Alex, me acuerdo que siempre fueron muy amigos, aún lo son, eso lo admiro. Mauri me contactó por medio de Alex. Nunca fuimos los grandes amigos, pero recuerdo que siempre me hizo reír. Hasta hoy me sigue haciendo reír.
Todo empezó hace una semana, desde el lunes pasado, que me dolía panchita, sí quizás sí era puro susto, como bien dijo la señorita ExQ. Me contactó por el msn. El martes me llamó, bueno, eso dijo él, pero como tuve apagado el celular, no recibí su recado, quería saber cómo seguía, según él estaba un poco preocupado por mi. Al fin, nos vimos el miércoles, cotorreamos y recordamos. Le conté de mi, me contó de él. Le veía algo extraño, como un amigo que nunca lo fue. Ese día, creí que sería como el típico después de un reencuentro con viejos amigos: que no nos volveríamos a ver.
Esa noche fue muy atento y lo sigue siendo. Ahora sí, me callo la bocota. Lo que decía sobre los patanes de Monterrey, estoy segura que él es la excepción que rompe la regla. No es ningún patán, al contrario... me choquée.
Jueves, viernes, sábado, domingo y lunes. ¿A qué horas me voy a aburrir de él? Es demasiado divertido, en realidad hace algo que me ha estado regresando esa felicidad que lá creía perdida, quizás sólo estaba extraviada.
Le agradezco tanto por todos estos días, ha sido el mejor.
—¿Mauri?
—¿Celina?
—¡¿Qué onda, cómo estás?! ¡¡Estás bien cachetón!!
—¡¡Tú estás igualita, no has cambiado!! Ay qué gacha...
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