Y es que me siento estúpidamente enamorada de mi R, o como Betunia bien le dice para ubicarlo: el wero (o "uero").
Creo que transmito mi felicidad, porque en Betunia es raro aceptar que hay hombres buenos y completos en la actualidad. Mientras lavaba las vasijas después de comer le contaba un poco de su pasado a reserva de que ella me había preguntado sobre él y yo gustosa le platicaba y me escuchaba con atención. Después de subir las cortas escaleras para subir al siguiente elevador que nos llevaría de regreso a la oficina me preguntó seriamente:
—¿Te puedo hacer una pregunta?
—Claro!! Dime -le respondí-.
—A ver, suponiendo que en unos de estos días, Elías te buscara para decirte "chaparra, ya arreglé mi problema de disfunción eréctil, ya terminé mis sesiones de terapia con la psicóloga y ya estoy bien seguro de lo que quiero y quiero que volvamos a estar juntos", ¿qué le responderías?
y le respondí rápidamente con certeza, firmeza y sin titubear ni pensar la respuesta,
—Mira Betunia -le dije-, número uno, eso jamás va a suceder, número dos, si llegara a pasar, que no lo creo, no, definitivamente lo mandaría a chingar a su madre y vieras que a mi ex suegra la quiero y la respeto, pero definitivamente mi respuesta sería una negativa ante la pregunta de que si regresara con él. No, no, no y no. Mira, quizás, si me hubieras hecho esta misma pregunta hace un mes y medio o quizás antes, lo más seguro es que te respondiera con un "no se, lo tendría que pensar", es decir, estaría quizás dando una oprtunidad, es más, llegaría a pensar la respuesta, pero como no, mi respuesta es un no. Neta que me siento muy enamorada y acoplada con el Richard. Definitivamente te reitero mi respuesta, nel.
Betunia me miró con una mezcla de extrañeza y felicidad a los ojos y me dijo "ooooorale, sí que estás bien clavada con el wero..... muy bien muchachita muy bien".
Inmediatamente después le afirmé lo que pasó por mi mente en ese momento:
—Weeeeeeeeeeey, ¿te diste cuenta que ni siquiera me detuve ni un momento a pensar en la respuesta?, ¿te diste cuenta? Woooooooooooooooow!!! Ni yo me la creo, me cae que ando bien pendeja.
Sólo se sonrió y nos metimos al elevador.