Todo tiene un límite, así también tengo un límite con mi paciencia, trato de no darle mucha importancia alos asuntos que creo que no pueden ir más allá, pero cuando se sobrepasan, como sucede con mi madre, estallo. Soy de lo peor, soy una ojete de lo peor, pero me cae que como bien dicen, la burra no era arisca, la hicieron, así yo, no era tan ojete, pero mi madre no me deja otra escapatoria, prefiero tomarla como es, una de sus rachas mártires y protagonistas, mientras, prefiero hacer que la carta que me escribió, sea perenne en este espacio cibernético. No cabe duda, como bien dijo Jaime, ella sólo lo que quiere es vivir la vida que no es suya.
Monterrey N.L. a 14 de abril/07
3:05 A.M.
Celina:
No cabe duda que Dios está conmigo, con esta ingrata que ni a Misa Va, pero que sigue creyendo en Él como siempre, desde la infancia en la que mi madre me inculcó el amor y respeto a Dios; te digo esto porque buscando una coneja de hule, plástico, papel, peluche, de lo que fuera, para adornar la canasta de Pascua para los nietos y que por cierto no encontré nada me topé, en Plaza la Silla, con este libro que me llamó la atención, por la chica de la portada, pues me pareció casi tan bonita como tú y después de leer el título que no me decía gran cosa, revisé el índice y decidí comprarlo y leerlo, a pesar de costar caro y no gustarme mucho la idea de leer; y quiero que sepas que doy gracias a Dios, porque es lo que estaba necesitando para comunicarme contigo. Aún no termino de leerlo y ya quisiera que lo tuvieras en tus manos y lo leyeras, pues dice todas las cosas bellas que nunca antes he podido decirte y me ha abierto la mente y me la "miento" por no haber tenido el valor, y sí la torpeza de no defender mis convicciones. Perdóname, porque con este error mío mandé al carajo la educación moral que debí darles a todos mis hijos incluyéndote principalmente a tí y ahora estoy pagando mi error, por eso vivo angustiada y desesperada por las cosas que te pasan.
Bien lo dijo una vez el padre Lorenzo en una Homilía: "Los errores de los hijos son culpa de los padres".
Perdóname mi hijita, no es tu culpa las cosas que te pasan ni las decisiones malas que hayas tomado, son por nuestra culpa, y más mía por haberlo permitido, te pido perdón nuevamente y permíteme enmendarme, dame la oprtunidad de ayudarte a encontrar esa felicidad que tanto mereces y estás luchando por encontrar.
Quiero que leas el libro, para que sepas todo lo que he estado callando por sentimientos tan encontrados y miedos mal entendidos, desde que eras apenas una dulce adolescente sin la experiencia ni dirección de tus padres. Déjame mostrarte cuánto te quiero y quiero que seas feliz.
Te ama tu Mamá.
Lo malo es que ella no tiene ni idea de lo feliz que soy y ni cuenta se dio del momento más agonizante de mi vida. Ella no sabe que parte de mi felicidad es que ella no se entrometa en mi vida. Podría yo leer su libro, si ella aceptara leer un libro que le sería de utilidad, creo que sería un intercambio justo.
2 comentarios:
Sin palabras...
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lacarmelacarmelacarmelacar
Pues así son los padres. Más aún, los padres como los nuestros, muertos en vida gracias a la moral mexicana, muchas veces, doble moral. Así son los padres. Una pena que sean tan grandes que no puedan quitarse los prejuicios. Mal para ellos. Uno no puede sino agradecerles todo. Y darse media vuelta, para vivir. Con el debido respeto, no le hagas tanto caso.
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