Creo que fue un fin de semana lleno de energías: el sábado, Salomé se abrió, no fue desgastante pero si fue un buen empleo de energías. En la noche ese che vino causó una siesta de como dos horas. Ayer, al salir del franchute, me asomé a la casa de Mayra, vi que ahí estaban ella y su mamá, le toqué por la ventana y su mamá me abrió, me dio mucho gusto verlas a las dos.
Hacía mucho que no veía ni platicaba con Mayra, mi gran amiga de la prepa, quien ya se va a casar el próximo año. Me platicó de sus ondas en el trabajo, de la desgastante relación de su hermana y su loca esposa, qué ¡feo! .... sí, creo que eso fue lo más desgastante. También me sacó de mi, me platicó de su ex Eugenio, del que siempre escuché hablar bien de él, pues me sacó un pedo, él había fallecido, eso fue el 5 de marzo de este año, me dijo ella.
Confesó que por algo pasan las cosas, aunque era el hombre con el que siempre soñó, había algo en él que no le llenaba. Él estaba enamorado de ella. Dice que de haberse casado con él y quizás haber tenido un hijo, no hubiera soportado tanto dolor: perder primero a su hermana y después a él. Quiero creer que Mayra es fuerte, pero parece que no lo es.
En lo personal, jamás superaría la muerte de una hermana, ella aún no lo supero y yo aún sigo sin creerlo.
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