He escuchado con frecuencia, cuando haces un favor a alguien y este, al decir "gracias" o hay veces que en lugar de simplemente agradecer, solamente dice "que Dios te lo pague con muchos hijos".
Hoy, al recibir la llamada de Rayita pidiéndome que le bajara ciertos 3 libros y al hacerlo, lo saludé y abracé, dado que no lo había visto desde que regresé al trabajo y al entregarle los libros, este sólo me responde gracias, que Dios se lo pague con hijos mi inmediata expresión fue una eme (m) suspendida y aspirada, casi casi una eme enmudecida y me retiré sin contestar a esa expresión de agradecimiento
Subiendo las escaleras, me pregunté qué fue lo que nunca me ha gustado de esa tan populachosa expresión y creo que al fin llegué a mi respuesta: en tiempos remotos, decían que los hijos eran una bendiciones y entre más hijos se suponía que uno recibía más bendiciones. Los tiempos han cambiado y al fin, en algunas familias, al fin ha surtido efecto la publicidad que hizo el DIF o el INEGI en los ochentas, uno que decía "la familia pequeña vive mejor". Exacto, porque con la guerra de la Revolución que ya terminó, trajo muchísimas pérdidas humanas y para restablecer la población se arrojaron muchísimas campañas para repoblar al país y efectivamente, al fin, el país ya se repobló después de casi cien años desde que empezó aquella lucha. Si en los veintes el slogan era algo así como que las familias numerosas son mejores o jaladas de esas, ahora se pide el extremo: ya casi nos dicen "no tengan más familias".
Regresando, el caso es que no importa la cantidad de hijos que "Dios" te quiera dar, sino más bien, la calidad de hijos y es por eso que ahora reformulo esa frase de agradecimiento con que Dios te lo pague con buenos hijos.
Esto, porque he de confesarlo, no soy monedita de oro y a veces sí he sido mala hija, una verdadera hija de la rechingada. Pobres de mis papás. Snif!
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