miércoles, enero 16, 2008

Paquita anda penando


Hoy hace un año que mi abuela Paca murió y precisamente hoy tenía planes para ir nuevamente al cine pero se vio interrumpido el plan por la llamada que recibí de mi papá, que le harían una misa hoy a las 7 de la tarde. Tengo la intención de ir a dejarle flores a su tumba el sábado temprano, pero preferí cancelar la cita para rezar por su alma, si eso le ayuda, para ya que se vaya tranquilamente a descansar eternamente.

Y ya después de contar esta historia a Betunia, Fer, Rebeca y mis hermanos, considero que es apropiada escribirla en este espacio.

El jueves de la semana pasada, que fue el cumpleaños de mi hermana, mi mamá me llamó para invitarme a comer, como no tenía carro, mi papá me hizo el favor de pasar por mi. Ya en la casa de mis papás, degustando un mole con arroz que había preparado mi madre y estando nosotros cuatro sentados a la mesa, mi papá comienza a platicarnos que mi abuelita, se le apareció a los vecinos y esta es la historia:

Según que mi tío va a dar algunas vueltas a la casa de mi abuela, para revisar que todo esté en su debido orden pero que la última vez que había ido, un vecino salió a saludarle y a platicarle que para vísperas de recibir el año, hizo una fiesta en su casa y pues como la calle de esa cuadra es muy estrecha ya casi no había espacio para estacionar más autos por lo que el vecino le dijo a uno de sus invitados
— Estaciónate allá, en la casa de al lado.
— Pero si es cochera -le dijo el invitado-.
— No importa, que ahí no vive nadie.
Por mientras el vecino se mete a su casa pero al darse cuenta de que su invitado ya se había tardado mucho en entrar, sale a buscarlo y lo ve a lo lejos llegar junto con su esposa e hijos, venía desde la esquina extrema. Cuando ya el invitado al fin se acerca, el vecino le pregunta:
— ¿Pues dónde te estacionaste?
— Hasta la vuelta de la esquina.
— ¡¿Pero por qué?! ¡Si te dije que te estacionaras en la cochera de aquí al lado.
— ¡No'mbre! Pues hice lo que tú me dijiste, mientras me estaba estacionando salió una viejita como de esta estatura, flaquita, con el cabello cano y con bata y me dijo "No te estaciones ahí, que es mi cochera" y pues por eso me moví y busqué otro lugar.
— ¡¿Qué?! ¡No es posible! Si nadie vive ahí -le responde el vecino-.
— Pues te estoy diciendo que eso me dijo.
— Te digo que eso no es posible porque la señora que vivía ahí murió hace ya casi un año.

¡Gulp!

El invitado, palideció.

Mi abuela se fue enojada de este mundo terrenal y debemos de ayudarla a que ya se vaya a descansar, que lo que dio ya lo dio y su casa, siempre fría en invierno y un infierno es verano, ya no es conveniente que viva ahí.

Como dice Rebeca "préndela una vela a tu abuelita para que le ayudes a ver el camino" y eso haré.

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