Regina ya sufría los efectos de la fermentación de esta maravillosa fruta que es la uva. Tras los conocimientos adquiridos nos explicamos las vibraciones de muchos de quienes nos rodean, que al fin y al cabo, sus vibraciones también se involucran con nosotros de alguna manera. De las más divertidas, fueron las vibraciones que generan las palabras hombre y mujer, estas dos definieron a la perfección lo que ya hemos venido analizado desde hace más de un año. Digamos que... confirmaron todas nuestras horas de conversaciones sobe este tema.
Sin habernos detenido, nos dimos cuenta que en efecto, el místico impostor no tiene vibraciones de clarividencia, puro pedo suyo. Conocí un poco, de manera indirecta, al Jermy. Después, llegó la hija y sus madres ya estaban borrachas, eso no nos detuvo para seguir platicando de varios temas, entre ellos, el del vestido de novia.
Desde hace un poco más de una semana, me negué rotundamente de continuar con mi proyecto de usar mi vestido por última vez y fotografiarme con él, porque en verdad es un bello vestido y aquella noticia llevó a frustrar mi sueño de usarlo. La hija, que a últimas fechas anda muy clarividente, apoyó mi deseo (que creo ella no sabía) y a través de la palabra del resto del grupo de brujas, de que debo de usar ese vestido que había sido adquirido para un propósito, para que de alguna manera yo logre desprenderme de esa carga energética que le he estado guardando por años. Apoyó mi pequeño sueño y creo que eso hizo de alguna manera a que me reconciliara conmigo misma. Quitó mi represión.
La represión ya no está y el dolor de la nuca que no se iba desde el miércoles, tampoco. La borrachera sirvió para liberar mis tensiones, represiones y autocastigos.
A todas ellas, gracias, gracias, gracias, gracias...
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