Hoy, Jorge me llevó a conocer y pasear a Xochimilo, donde alguien le ofreció flores para la "damita", esa era yo, mientras le daba un no por respuesta así como yo, este decidió en regalármelas al fin de cuentas. A partir de ahí se hizo un nudo en mi estómago, mismo que me causó un malestar como cólico. El nerviosismo se apoderó de mi así que decidí regresar pronto al hotel a descansar.
A partir de ahí preferí quedarme recluida en el cuarto de hotel, donde aún y así me han seguido consintiendo en esta ciudad.
No quise salir del cuarto, sin embargo tenía hambre, más bien un antojo, no quería cenar pesado, así que solicité servicio al cuarto: un par de tazas de chocolate caliente. El joven tan amable que me lo trajo, me recordó que la cocina deja de dar servicio a partir de las 10:30 de la noche, supuso que dos tazas de chocolate no podrían ser suficientes para esta glotona, me preguntó que si yo gustaba algo más, así que aproveché su oferta y le pregunté ¿acaso, de pura casualidad, habrá quedado alguna pieza de pan dulce del desayuno?, tenemos postres, me contestó, no, no se me antoja, gracias, le contesté, ¿alguna pieza en espacial que desee?, sí, le digo, si habrá alguna concha, se lo agradeceré muchísimo, veré si habrá alguna y se lo traigo, si no regreso, pues es que no había, me contesta con una sonrisa, está bien, muchísimas gracias, le respondo con otra sonrisa. A partir de ese momento le volví a pedir al universo esa tan sencilla y riquísima (para mi) pieza de pan. Unos minutos después, tocan a mi puerta nuevamente, ante ella era el mismo joven su un brazo tras de él y el otro me lo extiende con un platito y esa pieza de pan que para mi fortuna, era con dulce blanco, con esa misma sonrisa sólo me dice, suertuda, sólo había esta pieza señorita, me sentí tan feliz que le agradecí con entusiasmo.
Sí, en definitiva me sentía con suerte, buena energía y bendiciones, sí, con una simple pieza de pan pero con mucho significado para mi.
Ahora le agradezco al universo su generosidad y que bendiga al joven que seguramente ni me cobró los 6 pesos que cuesta la pieza.
Me gusta sentirme consentida de vez en cuando.
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