jueves, febrero 12, 2009

De mi podólogo

...aunque me gusta más cómo suena pedicurista

Él es cotorro, me gusta su look kitsch tipo Alfonso Zayas, tiene su consultorio a sólo tres calles de donde vivo. Mientras yo me quiero jetear él cotorrea, preguntándome sobre mi trabajo, las ofertas recreativas de la agenda cultural, de la inmoralidad en las películas cuando lleva a su hija al cine, de cuando estuvo el fórum, la inseguridad en esa zona y los asaltos (que benditos los ángeles del cielo no me ha tocado nada) y bla bla bla.

La última vez que asistí con él me hizo notar algo con un curioso comentario, que tiene registradas mis visitas en los septiembres del 2006, 2007 y 2008, inmediatamente solté una carcajada de nervios. En ese mismo momento supuse, de lo más lógico, es cuando tengo menor carga de trabajo, quizás eso pudiera influir. Hasta ahorita me cae el veinte de que también pudiera interferir lo que me sucede por esas fechas, que según he de tener conflicto con algún retorno planetario.

Hace rato llamé para hacer una cita, sin presentarme ni saludarlo me preguntó que si ya me he atendido ahí a lo que le respondo que sí. Con mi nombre pudo revisar el registro de los pacientes, a lo que seguramente reconoció a la loquita-que-va-a-hacerse-el-servicio-preventivo-en-los-meses-de-septiembre, por lo que me dijo ahhhh, ahora se me adelantó de fecha. Con mi risa por delante le dije, ahhhh, me reconoció (y vuelvo a reir).

Sí, esta loquita de los septiembres ya necesita un pati cure profesional, esta loquita se adelantó para estar bella...

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