"La gallina turuleca..."

Durante el trabajo en el día de hoy, apoyando a mi jefa con las actividades, hice un par de peticiones de autorización para ingresar a un par de inmuebles para el recorrido. Para la segunda autorización de parte de gobierno, me cagué de risa cuando me dijeron que tenía que dirigir el oficio a Lázaro Salazar. ¡No mames!

Para ver si no era yo la loca, quise confirmar mis emociones. Le pregunté a Betunia si cree que le causaría problemas que un personaje regiomontano de nuestra infancia (es decir él) que trabajara cotidianamente con ella o peor, si fuera su jefe... ella me responde que sí, que seguramente no le inspiraría ningún respeto al tratarse de la jerarquía laboral. Yo aún recuerdo que los discos de vinil de él están en casa de mis papá y uno, titulado "Osito panda" está autografiado por él.

Y así fue, en realidad yo siento que no podría trabajar seriamente con él ya que mi recuerdo de infancia está ligado con él. Sería extraño. Lo más curioso es que chavas de mi generación o nuestros contemporáneos, ocupan importantes cargos en diversas dependencias de gobierno u otras instituciones vinculadas a estas. ¿Qué raro sería trabajar con él, no? Quienes lo hagan, ¿ya se habrán acostumbrado a eso o les habrá causado algún problema?

De buenas que Cepillín se quedó como payasito, a Pipo ya se lo cargó el payaso, lamentablemente también a Betín, Juan Pestañas no fue ni de mi agrado y Globito... ¡ay el Globo! Esa divertidísima y buenísima anécdota de mi hermano: y tú, ¿eres el nuevo protegido de el Globo, verdad?

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Alguna vez le comprobé a leías que su papá me recordaba a este personaje regio de público infantil, siempre me tiraba a león (claro, "la loca siempre es una"), pero cuando llegó el día, en que me empolvé de buscar vinil por vinil ese disco que yo sabía que estaría en algún lugar de la casa de mis padres, le comprobé que no estaba loca, me creyó, se rió mucho y me dijo "sí es cierto, tenías razón". Claro, eso comprueba que una no es la loca, ni la exagerada y mucho menos la mentirosa... (esta última línea dedicada para aquella que cree que las verdaderas y las mejores amigas son las amigas blogueras).