En días anteriores y posteriores a ese me llamaron con sutileza, sinceridad y una gran sonrisa en sus respectivos rostros "cara bonita" así como "la niña más tierna y dulce de todo Monterrey". Por ello decidí también bautizar a esta semana como la de piropos; para ello Sierra contribuyó a la lista de piropos que me parecieron "F"ormidables:
Si la felicidad es agua y el amor fuego, ¡cómo me gustaría ser tu bombero!
Como las olas de mar que chocan con las rocas, así quisiera que tus dulces labios chocaran con mi boca.
Si la belleza fuese segundos, tú serías 24 horas.
Tus padres deben de ser ladrones, robaron dos estrellas del cielo para ponerlas en tus ojos.
Después de todos estos halagos le agradecí a Sierra su enjundioso ánimo porque en realidad sus palabras me habían hecho sonreír y sólo me respondió, "acostúmbrate a hacerlo cada mañana, ya que cada sonrisa tuya ilumina mi alma".
Es bonito contar con amistades así que le levantan el ánimo a una cuando lo necesita. Gracias de nuevo a estos hombres esmerados en conseguir una sonrisa mía.
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