De los ingenieros

[...] y entonces veníamos de regreso de su trabajo a donde lo había acompañado, en la carretera, en ese silencio muy agradable, lo recuerdo cómo se veía en su atuendo de ingeniero: su casco, lentes oscuros, camisa, mezclilla, zapatos industriales, wow!!, me fascina, me excita... y de repente de la nada me reí al recordar ese chistoso comentario, burla amena más bien, que le hizo mi entonces cuñado a mi entonces marido,

....estos sí son verdaderos ingenieros, como don Mario, perdón, el ingeniero Cantú; la ingeniería es una cosa de ¡¡hombres!!, de ¡hombres chingones!, no esas chingaderas de disque ingenieros en sistemas, ¿en sistemas?, ¡eso no es ingeniería!, la verdadera ingeniería es un trabajo rudo, ¡no esas joterías!....

[jajajajajaja, en ese momento todos nos reímos hasta el entonces marido mío, a quien le encantaba este juego de los regios de nuestro humor negro y rudo; en ese entonces, mi entonces cuñado nos parecía muy chistoso, siempre nos reíamos de sus pendejadas; ahora que me caen más veintes, eran puras proyecciones... él es arquitecto.... como dirían en "El Callejón de los Milagros", puterías Rutilio, aquí y en China a eso se le llaman puterías....]

....y entonces voltea y me pregunta con esa sonrisa hermosa y cautivadora ¿de qué te ríes? y claro, le cuento la anécdota y continuando con su natural y cautivadora sonrisa con esos coquetos hoyuelos también se ríe y usando esa mirada profunda e hipnótica sólo me aprieta la mano y me dice ¡ay "huerca" hermosa!