Adoro cuando escucho que el pujos se despierta, me acerco a él para hablarle dulcemente y decirle "buenos días" y este me regala una hermosa sonrisa.
Me encanta cuando el marido me da "esa mirada" y en las madrugadas me abraza y nos acomodamos para embonara a la perfección.
Me siento feliz cuando la cuñada me invita a comer de las ricas hamburguesas que ella prepara.
Me llena cuando ella me escribe y me cuenta lo que usualmente nos contamos y a través de la pantalla expreso como usualmente lo haría cuando me lo platica.
Quizás sean pocos los momentos, pero son muy densos cuando pasan.
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