Ayer al borde de la desesperación por el tráfico, el calor y por no encontrar un lugar dónde estacionarme, decidí ir al Venus con Betunia, ya que como ella es bien perversa, me podría explicar los juguetes que yo no no entendiera.
Y así fue, gracias a que me iluminó con su perversidad, decidí comprarme un nuevo juguete, ahora es la abejita. La abejita cumple con su función que es estimular el clítoris, sin embargo no es tan satisfactorio como don Conejo, porque a partir de ayer, ya no es el señor Conejo, éste se sintió un poco desplazado por la nueva adquisición, sin embargo le elevé de categoría de señor a don, para que no haya algún rencor hacia mi estimulación y placer.
También ayer me di cuenta que mi hija y yo contamos con juguetes similares, mientras ella (doña Pelos) tiene a su abejita, yo también tengo a mi abejita.
Así que aquí está una foto de nuestros juguetes.
Cabe aclarar que el uso de la abejita se podría complementar con la pareja, ya que si se usa solitariamente, no es tan placentero. También se puede usar como preámbulo al uso de don Conejo.
Provecho!!!!
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