domingo, julio 24, 2011

De los padres primerizos

Cuando se va a ser padres primerizos, no dejan de llegar comentarios como "duerme ahorita todo lo que puedas; tsssssssss, ya no van a volver a dormir como antes; uuuy, ahí te encargo las desveladas en la madrugada y los llantos" y quién sabe qué mil cosas más, ah pero eso sí, siempre terminan con un "lo vas a disfrutar muchísimo".

Luego entonces, me quedé pensando, que esos comentarios son un tanto masoquistas: o sea, es un tortura pero me gusta, ¿o cómo? Pues con ello hice una breve reflexión: ¿o sea que qué?, ¿la gente sabe o no sabe lo que se va a pasar cuando se va a traer a otra criatura al mundo?, ¿para qué se van a quejar si no es lo que querían?, ¿o cómo?, en realidad no entiendo.

La verdad no es presunción, pero no se si yo tenga un pie adelante a ellos o no me quiero dar cuenta de la realidad o soy demasiado ingenua.

Sea lo que sea, mi cuerpo (al fin de cuentas la naturaleza es sabia) se empieza a despertar por las madrugadas, como avisándome que ahí va el chingazo y la verdad, es que no me molesta. Le decía al marido que pues me puse a racionalizar un poco y pues, la verdad es que nos hemos desvelado chingos de veces bebiendo, en fiestas, de rol u en trabajos de la escuela, ¿la diferencia quizás?, pues que unos lo hagan por gusto y otros no, sí, unos seguramente preferirán la bebida a darle la bebida a su hijo..... yo la neta, no le veo ningún problema, creo que también me daría una cierta satisfacción de saber que estoy cuidando y alimentando a mi hijo.

¿Que ir detrás de tu niño cuando empieza a caminar es una lata?, la neta, no creo, creo es más lata es ir detrás del amigo o compañero borracho cuidándolo cuando ya es un adulto, pues para que no lo atropellen o no le de por hacer pendejadas, eso sí es una lata.

No se, se me ocurrieron otros ejemplos que no son justificantes para esta nueva vida que está por estrenarse; hace un año y más atrás, en definitiva jamás pensé en ser madre, es más, cada vez que pasaba más tiempo, más hueva me daba y más egoísta me hacía.

Creo que quizás por lo que le sufren otros es el tiempo, pues porque se tiene que ir a trabajar para ir por el alimento y demás de la familia, en nuestro caso, fue un acuerdo que yo le haría a la antigüita, de quedarme en casa y pues sí, ¿cuál es la pinche necesidad de estar sufriendo? El marido ya sabe cuál es su tarea y yo ya se cuál es la mía por mientras, quizás por eso me siento más relajada, quizás por eso le sufren cuando los dos se tienen que levantar a trabajar, quizás cuando se es madre soltera y sin ninguna ayuda en casa, quizás, quizás, quizás.....

Por eso yo elegí no batallar, ¿para qué traer criaturas al mundo si no se desea profundamente y si se sabe que no se les va a dedicar completamente?

No se, parece como si fuera muy sencillo pero no lo es, cada situación es diferente así como cada cabeza es un mundo.

Amén.

Del Gato Puteado

El gato puteado apareció por primera vez un día antes de que el marido y yo nos fuéramos de luna de miel, mmm, sí, ya recuerdo, creo un día después del cumpleaños de doña Pelos prófuga, aún estaba un poco pequeño y a los pocos minutos nos dimos cuenta que no era nada arisco, al contrario, completamente ladino.

He de recordar que en realidad a mi no me gustan para nada los gatos, pero este, es muy raro, me busca insistentemente cual los tradicionales chiquis, además, es muy demandante de atención.

Hay muchas cosas qué contar de él, como de lo más reciente, que vino a traerme "un trofeo" así como un "gran manjar" para que la embarazada se alimentara bien y, esto era, una asquerosa y desnutrida rata (al principio pensamos que era un ratón gigante, pero no, por la descripción, creo era una rata). En ese momento estaba acompañada por mi hija Dany y ella fue quien se percató de este hecho cuando lo vio llegar: primero escuché un tierno "ahhhh, ahí viene el gato"..... para que dos segundos después gritara como asqueada y desesperada, "aaaaahhhhh!!!! gato cochino, gato asqueroso, trae un ratóooooooooon!!!!!"..... en fin, esa fue otra historia divertida para recordar.

Aquí lo importante es que el Gato Puteado se ganó su nombre a pulso; al principio no sabía cómo llamarle, no sabía si era gato o gata, por lo que el nombre de Micho es más común que un elotero en una plaza mexicana, así que pues hasta que descubriera su sexo sería, ya fuera, Adela o Adelo (por Adela Micha).... más tarde, su nombre quedó en Adelo. Sin embargo el triste gato, siempre llegaba con lesiones nuevas cada vez que llegaba: con la pata rajada y sangrando, con un pedazo de piel colgando, con más sangre escurriendo desde la cabeza, con rasguños, con cortadas, con infecciones, en fin, siempre llegaba puteado el pobre y no inspiraba más que llamarle por su nombre: Gato Puteado.

Después del conejo shower, Liliana me acompañó hasta el penth house del barrio del chavo del 8 para amablemente ayudarme a cargar las cosas a la gordis (que soy yo), después del rato que estuvo, cuando ya se iba, me preguntó, "oye, ¿y el gato?" a lo que le respondo, "no se, tiene como una semana de no venir, desde el viernes pasado que llovió y no lo pelé", acto inmediato se escucha su demandante "miaaaaaaaau!!!!-miaaaaaaaaau!!!". Esta es más bruja que Hermelinda linda, ya que hizo el efecto chiquis: lo mencionas una vez y aparece y sólo me grita por el pasillo, "ahí va".... mmmm, qué me quedó mas que "agradecer" que llegara ese gato. Se me hizo raro que tardara tanto en llegar pero aún y así lo esperé mientras seguía gritándome con demasiada presión. Finalmente llegó y, en efecto, nuevamente llegó puteado, ahora, cojeando con la pata delantera izquierda. En definitiva, este cabrón se va a pelear o qué se yo pero siempre viene a esta morada a refugiarse. Me dio lástima, pobre animal, se veía que con mucho esfuerzo venía hasta acá por un poco de comida así que le saco sus croquetas y un poco de agua.

Y así llegó el domingo y el lunes, que lo vio mi hermana y se le partió aún más el corazón, tanto que también ya se lo quería llevar al veterinario, por lo que acordamos que hasta el día siguiente, martes, si el Gato Puteado llegaba a la hora de la comida, pues nos lo llevaríamos a la veterinaria que está a la vuelta y, así sucedió. Sólo se los dejé, que lo revisaran, bañaran, vacunaran y demás, que tenía prisa (por irme a mi casa nuevamente, pero ahora a dormir) y que lo recogería hasta las 7:30 de la tardenoche, que sería cuando ya estuviera de regreso.

Finalmente llego por el gato y me dicen que no trae nada pero insisto que lo revisan y sí, le encuentran la pata lastimada, inflamada, que seguramente se accidentó por andar de peleonero (ahhhhh tan tierno que se ve.... este también es "el de los pleitos"), así que le pusieron un desinflamatorio o algo así, pero cuando voy de salida un niño va corriendo tras de mi para abordarme y preguntarme que cómo se llama ese gato, que porque tiene uno igual que se va de su casa seguido.... sí claro, como si dándole el nombre fuera a resolver la incógnita de que si era o no el suyo; pero pues todo parecía indicar que sí era suyo, lo bajé a sus brazos, lo tomó y salió corriendo sin decir ni siquiera "gracias".

Mmmmm, me sentí rara, por un lado feliz de saber que el Gato Puteado tenga un hogar (que seguramente ha de tener un chingo más), pero pues por el otro lado también me sentí solita, pensé que no lo volvería a ver, pero pues el marido hizo por consolarme que apostaba lo que fuera porque ese gato volvería y, así fue, al día siguiente seguía igual de puteado arriba del techo, me dio gusto volverlo a ver, pero no lo pude pelar, estaba yo ocupada otra vez y nuevamente se ofendió y no regresó hasta semana y media después, que lo escucho en el patio trasero, reclamando mi atención.

Fue lindo volverlo a ver, fue una de las pocas veces que me siento a darle atención y cariño y el gato lo aceptó con gusto, tanto que hasta movía la cola y trataba de embarrarse en mi como lo hacen los mininos, pero no, eso no me gusta así que lo quitaba. Me quedé en la mecedora de la terraza un rato y él fue a acostarse en un trapo húmedo que estaba a un lado mío, para también descansar y por qué no, echarse una jeta también.

Me iré a casa de mis papás a terminar de cocinar el bollito que llevo dentro y el gato puteado, creo que no lo veré más, salvo que coincidamos en el depa para el día de la mudanza que aún no se cuándo vaya a ser.

Veré si la persona interesada en "adoptarlo" se lo lleva, aunque sería como una broma de mal gusto, porque no creo les dura mucho tiempo este gato ahí; quizás el Gato Puteado tenga un hogar más en la lista, porque como bien me dijo el marido, "los gatos no tienen dueños" y pues estos también adoptan a quienes ellos les de su regalada gana, no al revés como sucede generalmente con otras mascotas.

Adiós o hasta pronto Gato Puteado.

viernes, julio 22, 2011

Capacitada-incapacitada

Hoy fue mi último día de trabajo, ya empieza mi incapacidad de maternidad, aunque en verdad todo lo que fue del año me sentí incapacitada, media pendeja en el trabajo y media pendeja en lo que quedaba del día laboral.

Mi jefa organizó una "despedida" para mi por la mañana: taquitos al vapor. Buen detalle de su parte, ya que pues lo jefes generalmente no hacen eso. El hombre infiel me dijo que estaba yo muy consentida, porque era el segundo festejo que me hacían en el año, primero mi cumpleaños y después este. La verdad es que nos vamos a extrañar, vernos por la mañana y platicar-chismear, sobre todo porque se queda solo con el pendejo de su jefe.

Mi jefa antes de irnos, me dijo que me fuera ya, temprano. Me quiso acompañar hasta cerca del carro ayudándome a cargar cosas. Me dijo que aún estaba en la negación, que esperaba verme mañana en los "Recorridos" quitándome una almohada de la panza y decirle "no es cierto, no estaba embarazada", la verdad de todo es que pues hubo un lazo entre nosotras, yo creo yo era la única que le quedaba después de que se fuera Pris, así como el hecho de tener que lidiar y exigir trabajar al trío de huevones que tengo de compañeros.

Sí, me duele irme, me duele porque sé que cuando regrese será, seguramente, para firmar mi renuncia y seguir o empezar con la vida que estamos haciendo el marido y yo. Sé que la jefa me va a extrañar, como don Arturo, que son los que realmente chambean. Recibí regalitos de un par de secres, en verdad un muy buen detalle de ellas. Recibí muchas bendiciones y deseos sinceros. Lo que muchos no saben es eso que ya no seré más compañera de ellos. Quien lo sabe es A, quien seguramente me hizo esa "despedida" y se niega rotundamente a que me vaya. Sí, a pesar de todo, hice buen equipo con ella y aprendí mucho, sólo que tampoco me la quiero partir como he visto se la parte ella entre el trabajo, ser hiper responsable, creativa, chambeadora y buena mamá y claro, hasta darse ocio en el trabajo.

Mmmmmm, sí, traigo corazón de pollo y qué.