martes, mayo 22, 2012

De eso que no te enseñan ni en la escuela, ni en la casa, ni en el trabajo ni con las amigas

Ahora que soy madre-desmadre, me he dado cuenta de unas cuentas cosas, que solo escribiré un par.

Sobre el machismo
Hace mucho tiempo, una terapeuta, nos comentó de la conferencia de una gran colega suya, sobre el machismo: que este empieza en la casa con la mujer, la misma madre, desde niños, entre otros tantos ejemplos, pues de que los padres (principalmente la mamá) fomenta "el noviazgo" de los niños pequeños desde que entran al kinder, pero claaaaro, no pueden hacer los mismo con la niña, en fin.... llegué a una pequeña reflexión.

Resulta, que mi vecina-cuñada, tiene dos hijos, el menor, el papá lo apoda como Edipito. La primera vez que el marido y yo lo escuchamos nos echamos a carcajadas (tiempo después el marido me dijo que su hermana le confesó que no sabía quien era Edipo, pero cuando supo, el chiste no le había hecho mucha gracia). Ese niño, se ha ganado el apodo a capa y espada, y es que resulta que a la par es un niño muy sexoso, aunque los papás son muy cuidadosos en sus intimidades, para sus 3 años, ya se cogía los pies de su hermano y la esquina de la cama; le toma la cara a su mamá suavemente y le dice con aún más dulzura "Te amo", necesita tocar su cabello para cuando él se duerme y la última, es que cuando ella le iba a cambiar el pañal nocturno, ella le sopla al pene para que se seque antes de ponerle el seco, y el niño entre dormido y despierto, que se le erecta y en eso le dice a su mamá "sóplale más....", acto seguido, su mamá se detuvo, le puso en chinga el pañal y se fue.

Todo eso, como un preámbulo. El marido dice que el conejo está enamorado de mi, que se me queda viendo incansablemente, si lo dejo y paso me huele y llora para estar conmigo, se ríe conmigo más que con nadie, en fin, soy su todo y lo entiendo, de alguna manera sabe que yo soy quien lo alimenta, quien más tiempo estoy con él, quien lo calma a su llanto, etc. Y ahora, como ve que el marido y yo nos besamos, él también quiere hacer lo mismo siempre cuando puede abalanzándose sobre mi boca para experimentar eso que "tanto" hacen sus papás. En conclusión: el marido asevera que mi hijo está enamorado de mi.

Fue entonces, que se me vino esta pequeña reflexión-conclusión: es correcto, el machismo empieza en la casa con la mamá, pero muy seguramente con toda la intención para evitar precisamente el incesto y enseñarles a los niños desde chiquitos que la mamá es la mamá y afuera hay otras mujeres a las que le puede dar otro tipo de amor y así evitar el tan famoso complejo de Edipo.

Las "madres" esas
No tan afortunadamente mi embarazo fue uno "socialmente normal". El marido iba y venía, no había futuro próximo fijo, no pude tener una habitación ni decorarla (y de haberla tenido seguramente ni la decoraría jajaja), yo estaba haciendo espacio en el departamento, pero como me dijo ella, tuve muchos cambios en medio de una tormenta de locuras de mi marido y fue cuando tuve que mudar el nido con prisa, justo lo que no quería hacer, pero lo que yo sabía que tenía que ocurrir pronto pero sin prisas, todo por los malditos malentendidos, en fin.

Fui adquiriendo las cosas del conejo conforme se fueran necesitando, para no hacerme de tantas cosas y estar apretada, además, de los impacientes regalos de la abuela y de la ropita y de más donaciones que tuve de mi jefa, una amiga de mi hermana así como de la misma suegra y cuñada; además de los sinfines de regalos de gente que esperaba que mi embarazo al fin llegara. Conforme el conejo crecía cambiábamos el bambineto, lo dormíamos con nosotros en la cama durante el frío, después lo pasamos a una cama queen y ya cuando se movía, a una cuna portátil (que no'más sirvió para dos cosas, como dice Ana, para nada y pa pura chingada) y finalmente a una cuna.

Hasta eso el marido y yo coincidimos que no era necesario hacer esos gastos estrafalarios de cuna-cama y mil chingaderas que terminas regalando o malbaratando, así que fui a un local de muebles de segunda mano y encontré una muy buena cama y a buen precio que quepa en el cuarto (porque entre mis cosas y las cosas que el marido locamente compró.... ay ay ay!!!).

La vecina me había dado hace tiempo el jueguito de cuna que ella tenía para su niño, así que pues lo puse, así también una chingaderita que va al rededor de la cuna, que yo toda la vida había creído que sólo servía de adorno, ahora me doy cuenta que por algo lo hacen. Pues sí, además de ese bonito edredón de animalitos de la selva y la sabana, estaba esa madre que hasta la fecha desconozco el nombre, pero pues va alrededor de la cuna amarrado a los barrotes, y sí, sirve de mucho, cuando estos niños cabezones se mueven mucho, o lloran, o hacen berrinche o se caen sentados de lado o cuando se empiezan a parar y se caen, amortiguan el chingado golpe.

Así es, muchas cosas que yo creían eran puras mamadas y hacer que los padres compraran a lo wey, ahora me doy cuenta que en efecto tienen su por qué.

Benditos inventos para bebés.