miércoles, agosto 22, 2012

¿Qué importa el mar?, si perla eres

Me hizo muy bien la llamada de mamadriana anoche. Ahora sí me contó el chisme completo de la reaparición del señor B. Y es que el museo cumplió 10 años, ay ay ay, sí, ni yo me la creía, 10 años. Ha pasado todo ese tiempo cuando me incluí al equipo de trabajo del museo previo a su inauguración. El señor B fue toda una institución a quien le aprendí, fue mi escuela y ningún jefe mejor y más paranóico y loco que él, bueno, en realidad Ana fue una jefa excelente y es que antes de eso habíamos sido compañeras de trabajo. El caso es que mamáadriana me reavivó recuerdos que muertos pensé estaban. Cuando me dijo que le hiciera de Matahari, fue como ver cientos de películas en fracción de segundo. Le platiqué parcamente de mi, más del bebé, hasta de F platicamos, que le dije que me dio gusto que se regresara a Guadalajara porque en Monterrey no'más no se hallaba, que en cambio una, floreció en Guadalajara, en Monterrey y ahora aquí, cuando inmediatamente me contestó "¿qué importa el mar?, si perla eres" inmediatamente después se me salió una carcajada, de esas que solía echarme y me distinguía, pero inmediatamente me tapé la boca para no despertar al bebé; esa frase me la decía mucho mi hija cuando aún preparatoriana, muy ocurrente ella, quien ahora es una importante empleada del Tec, emprendedora empresarial en fracciones de tiempo cuando le quedan ganas, así como una casi egresada de maestría (sí, muy orgullosa de mi hija). Y pues sí, me he estado repitiendo lo que quedó de la noche y toda la mañana esa frase tan... ocurrente y profunda.

Me hizo muy bien platicar con ella, me gusta, la admiro, es un ejemplo de humano que supera mis expectativas de practicidad, por lo que me ayuda a poner los pies firmes cuando se me empiezan a torcer y ahora gracias al cielo que no literalmente, ya que me estoy preparando para el maratón, sí, ese que dispuse y pospuse desde hace 10 años.