martes, septiembre 06, 2011

3 estaciones

Hoy, al regresar de dejar al marido en su parada de transporte oficial del trabajo, escuchaba el locutor de radio, hablando del clima y cómo ya se acercaba que entraba otoño, eso me recordó inmediatamente que pues en efecto, estamos en septiembre, mes del conejo!! Diosssss....

En efecto, se supone son 9 meses, 42 semanas o un putero de días el tiempo estimado para cocinar a un humanito en el vientre materno. Eso equivale a 3 estaciones del año, también. Fue justamente empezando el solsticio de invierno cuando decidimos hacer la prueba de fuego de nuestra fertilidad. Pasó primavera pareciendo verano y un verano pareciendo un infierno. Justo, para llegar a una de mis dos estaciones favorita: otoño. Sí, en otoño llega mi retoño...un verso sin ningún esfuerzo. Otoño me va a premiar con este alien que llevo dentro, que se mueve y se mueve y es algo completamente indescriptible la sensación: entre placer y a veces dolor feliz.

Todo sigue en pie, me siento muy afortunada de haber llevado un embarazo saludable a pesar de la edad y lo medio borracha que fui. Las dos doctoras que me han visto (la de allá y la de aquí) dicen que está muy normal, sin ninguna complicación que hasta me acusan de ser una de las más saludables.

Sí, sufrí de achaques, los sigo sufriendo, soy lenta lenta (pero ya pasará) y me canso rápidamente y sólo siento la necesidad de quejarme, cuando el amarguetas del marido (que lamentablemente tiene razón) me recuerda y me dice, "oh, pues qué prefieres, ¿estar así que es temporal o tener como has tenido tus pechos perfectos y tu vientre hermoso y plano a no poder nunca tener hijos?", me caga cuando tiene razón y es cuando hago una breve pausa para respirar lo más hondo y profundo.

Claro, seguramente también lo dice porque nos envidian. Esto de estar embarazada es como jugar unos meses a ser Dios: a crear vida, sacrificarse, soportar el dolor y cualquier pesadumbre por su hijo amado. Pensándolo fríamente, en verdad, las mujeres somos muy afortunadas en poder tener este poder. Los hombres podrán tener mucho poder y dinero, así como ser muy reconocidos históricamente por sus contribuciones a la humanidad, ciencia, tecnología, inteligencia y demás creaciones "del hombre", pero jamás, por más ciencia e investigación que hagan, no podrán tener este poder de generar vida naturalmente, experimentar las bizarreces de estar dos humanos ocupando un mismo espacio y otras que son difícil expresarlas.

Es verdad.... ya le habría dicho Rodrigo a Liliana, "estás hablando con Dios o qué?".... y en efecto, nuevamente, soy Dios.....

1 comentario:

Anónimo dijo...

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